Orégano y Poleo: Dos Hierbas Poderosas para la Salud Visual
Aunque muchas veces asociamos el orégano y el poleo con la cocina, lo cierto es que estas dos hierbas también poseen valiosas propiedades medicinales que pueden contribuir al cuidado de nuestra salud ocular. En tiempos en que pasamos largas horas frente a pantallas, fortalecer la vista con remedios naturales se ha convertido en una necesidad más que en una opción.
El orégano es rico en antioxidantes como el carvacrol y el timol, compuestos que ayudan a reducir el estrés oxidativo, una de las principales causas del deterioro ocular. También contiene vitamina A, esencial para una visión saludable. Por su parte, el poleo, planta de la familia de la menta, aporta flavonoides y aceites esenciales que favorecen la circulación sanguínea, incluyendo la del nervio óptico, y ayuda a aliviar la fatiga ocular.
Receta de infusión de orégano y poleo para la vista
Ingredientes:
1 cucharadita de orégano seco
1 cucharadita de poleo seco
1 taza de agua
Miel (opcional)
Preparación:
Calienta el agua hasta que hierva.
Añade el orégano y el poleo, tapa y deja reposar por 10 minutos.
Cuela la infusión y agrega miel si lo deseas.
Bebe tibia una vez al día, preferiblemente por la mañana.
Esta infusión puede tomarse de manera regular durante 2 a 3 semanas seguidas. Luego, se recomienda descansar una semana antes de volver a consumirla.
Otra forma de uso: Baños oculares
Aunque no se recomienda aplicar directamente en los ojos, se puede usar esta infusión tibia en compresas. Empapa un paño limpio en la infusión, exprime el exceso y colócalo suavemente sobre los párpados cerrados durante 10 minutos. Esto ayuda a relajar la vista y reducir la inflamación ocular.
Indicaciones de uso:
Personas con presión ocular alta, ojos secos o fatiga visual pueden beneficiarse de este remedio.
No se recomienda a mujeres embarazadas ni personas con alergia a las mentas.
Siempre es buena idea consultar al médico antes de iniciar cualquier tratamiento natural.
Cuidar de nuestros ojos de forma natural es posible con ayuda de hierbas milenarias como el orégano y el poleo. Un hábito sencillo que puede marcar una gran diferencia en la salud visual a largo plazo.
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