Esto es lo que debes saber si te duele el talón

El dolor en el talón es una molestia común que afecta a personas de todas las edades. Puede aparecer de forma repentina o desarrollarse con el tiempo, y aunque muchas veces se le resta importancia, en algunos casos puede interferir con actividades cotidianas como caminar, hacer ejercicio o incluso estar de pie por mucho tiempo. Conocer sus posibles causas y cómo tratarlo es clave para recuperar la comodidad y prevenir complicaciones.

Una de las causas más frecuentes del dolor en el talón es la fascitis plantar, una inflamación del tejido que recorre la planta del pie, desde el talón hasta los dedos. Este dolor suele ser más intenso por la mañana o después de estar sentado por un largo período. A menudo se siente como una punzada aguda al dar los primeros pasos del día.

Otra posible causa es el espolón calcáneo, una formación ósea que aparece en el hueso del talón, generalmente como resultado de una tensión prolongada en los músculos y ligamentos del pie. Aunque no siempre causa dolor, cuando lo hace, puede sentirse como si se tuviera una piedra dentro del zapato.

También es común que el dolor de talón esté relacionado con un uso inadecuado del calzado, especialmente si es muy plano, muy ajustado o carece de buen soporte. Los deportistas, en especial los corredores, también pueden desarrollar dolor en esta zona debido al impacto repetitivo.

Para aliviar el dolor, lo más recomendable es descansar el pie afectado, aplicar hielo en la zona por 15-20 minutos varias veces al día, y usar calzado cómodo con buena amortiguación. Los ejercicios de estiramiento del talón y la planta del pie también pueden ayudar, así como el uso de plantillas ortopédicas si el dolor persiste.

Si el dolor no mejora en unos días, empeora o se acompaña de inflamación, enrojecimiento o fiebre, es importante consultar con un especialista, ya que podría tratarse de un problema más serio como una infección o una fractura por estrés.

En resumen, el dolor de talón puede parecer algo menor, pero afecta directamente la calidad de vida. Escuchar a tu cuerpo, cuidar tus pies y actuar a tiempo es la mejor forma de mantenerte activo, cómodo y sin molestias.