Una planta común con un tesoro oculto: el valor desconocido de su savia

Muchas veces pasamos por alto los verdaderos tesoros que crecen bajo nuestros pies o en los bordes de caminos rurales. Tal es el caso de una planta que crece de forma silvestre en muchas regiones del mundo y que, sin embargo, esconde un secreto valiosísimo: su savia. Hablamos de algunas especies de la familia Euphorbia, comúnmente conocidas como tártago, lechetrezna o euforbia, cuya savia lechosa es altamente valorada en la industria por sus propiedades medicinales, cosméticas y hasta industriales.

A simple vista, esta planta puede parecer una maleza. Crece sin muchos cuidados, se adapta a climas secos y tiene un aspecto modesto. Sin embargo, su savia blanca, espesa y lechosa ha sido utilizada durante siglos en pequeñas dosis como tratamiento natural para verrugas, hongos, infecciones cutáneas y como base en pomadas dermatológicas. Hoy en día, esta sustancia también se estudia por sus propiedades antiinflamatorias, antivirales y potencial anticancerígeno. Su recolección es delicada y requiere conocimientos específicos, lo cual eleva considerablemente su valor en el mercado.

Receta 1: Ungüento natural para verrugas (uso externo)
Ingredientes:

2 gotas de savia fresca de Euphorbia (recolectada con guantes)

1 cucharadita de aceite de coco

1 cucharada de cera de abejas

Preparación:

Calienta el aceite y la cera a baño maría.

Agrega la savia cuidadosamente.

Mezcla bien y deja enfriar en un frasco esterilizado.

Uso: Aplicar con un hisopo sobre verrugas pequeñas, 1 vez al día. No usar en piel sana ni heridas abiertas.

Indicaciones y precauciones:
La savia es tóxica si se ingiere y puede causar irritaciones si se manipula sin precaución.

Usar siempre con guantes y evitar el contacto con los ojos o mucosas.

Su aplicación debe ser puntual y en pequeñas cantidades, bajo supervisión o recomendación profesional.

No apto para niños ni mujeres embarazadas.

Lo sorprendente es que esta planta, que muchos consideran una simple maleza, contiene en su savia un compuesto tan valioso que es vendido a altos precios por sus aplicaciones médicas. Un recordatorio de que la naturaleza aún guarda muchos secretos al alcance de nuestra vista.

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